2.10.09


Irak: al-Maliki se enfrenta a al-Sadr


El primer ministro de Irak, Nouri al-Maliki, anunció la formación de un nuevo bloque político con el que se presentará para las elecciones de enero próximo.
La alianza pone a Maliki contra el bloque al que pertenecía hasta ahora, el Consejo Supremo Islámico Iraquí, compuesto -entre otros grupos- por políticos leales al clérigo chiita, Moqtada al-Sadr.
La nueva coalición, llamada el Estado de la Ley, agrupará a 40 organizaciones que incluye a líderes tribales sunitas, kurdos chiitas, independientes y al partido chiita de Maliki, Dawa.
Maliki fue electo como primer ministro iraquí en 2006, pero en agosto de este año su partido Dawa rompió con la coalición chiitas.
Varios analistas consideran que hay pocas posibilidades de que el nuevo bloque obtenga mayoría para formar gobierno, por lo que deberán atraer a más partidos.
"El nacimiento del Estado de la Ley representa un hito histórico y un desarrollo en el establecimiento de un Irak moderno construido en paz, y con principios nacionalistas ajenos a la marginalización de políticos, a la discriminación y a la tiranía", declaró Maliki durante su discurso en Bagdad.
Las últimas elecciones parlamentarias, celebradas en 2005, fueron imputadas entre grupos étnicos y sectarios.
Los oficialistas partidos chiitas ganaron 128 de los 275 puestos en el parlamento bajo la coalición Alianza Iraquí Unida (AIU).
Baja estima
Recientemente la política iraquí ha sufrido reajustes profundos con la división de la AIU y la formación de la Alianza Nacional Iraquí, un bloque pro iraní que reúne al Consejo Supremo Islámico Iraquí y el movimiento sadrista.
El partido Dawa Islámico de Maliki rechazó la invitación a unirse al nuevo bloque, argumentando que buscaba una coalición más amplia que le de más posibilidades de ganar un segundo mandato.
El corresponsal de la BBC en Bagdad, Hugh Sykes, explicó que Maliki tiene posibilidad de ganar con los votos de aquellos que lo acreditan como el líder que los ha ayudado a reducir la intensa violencia en la capital iraquí y Basora. Ciudades donde el ejército se ha ido de las calles.
No obstante, iraquíes tanto en Basora como en otras partes del país todavía se quejan de que los servicios básicos, como la electricidad o el agua potable, no han mejorado lo suficiente.
Además, Sykes señala que políticos iraquíes son vistos como personas corruptas y se les mira con desdén, lo que podría afectar el voto en enero.
Desde que en los años 2006-2007 Irak viviera sus años de mayor violencia sectaria y contra la ocupación estadounidense, el país ha presenciado una mejoría en su seguridad, a pesar de que las recientes bombas de presuntos extremistas sunitas alimentan las dudas sobre la capacidad de las fuerzas iraquíes para mantener el orden.
Estados Unidos ya ha dicho que quiere retirar los últimos 126.000 soldados en Irak para finales de 2011.

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